jueves, 11 de julio de 2013

Conclusiones


Cada interacción tiene una intensidad y un alcance concreto que la distingue de las otras, como se ha comentado con anterioridad. Por ejemplo, sabemos que las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias tienen un alcance infinito, mientras que las otras dos se reducen al ámbito nuclear. Pues bien, cuando el alcance es infinito los cálculos exigen que la partícula virtual de intercambio, también llamada bosón, tenga masa nula.

Esto es lo que le sucede al fotón y al hipotético gravitón. Mientras menor sea el alcance, mayor es la masa requerida para el bosón de la interacción. Por eso, los bosones mayores corresponden a las fuerzas débiles, las de menor alcance.

Un símil puede ayudar a entenderlo:  si dos personas se intercambian un objeto grande, como un saco de cemento, han de estar muy cerca. Por el contrario, si el objeto es pequeño, como una canica, se lo podrán pasar una a otra aun cuando estén alejadas. Por consiguiente, es evidente que todas se pueden explicar bajo un marco común, es decir, dos partículas materiales, con mayor o menor estabilidad según el caso, interaccionan mediante el intercambio de una partícula virtual, de existencia efímera. La intensidad de cada tipo de fuerza se explica según la masa de la partícula de intercambio y la constante de acoplamiento.

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